El Origen de las Enfermedades de la Mujer Madura – I

I.- Enfermedades de transmisión sexual y el cáncer del cuello del útero.

Las funciones de nuestro organismo están regidas por la interacción entre la información genética contenida en el ADN y las influencias del medio ambiente.

El ADN Humano data de hace aproximadamente 150.000 años, cuando las condiciones de vida y las expectativas de supervivencia eran muy diferentes a las actuales.

Nuestra especie ha sobrepasado las leyes naturales y ha moldeado su entorno, creando un conflicto entre las leyes de la naturaleza y las conductas y hábitos del ser humano. Es así como en los inicios de nuestra especie la maduración sexual (capacidad reproductiva) coincidía con la autosuficiencia de las parejas (caza y recolección). Esto llevaba a la formación de relaciones estables y permanentes, en las cuales la mujer como responsable de la procreación pasaba de un embarazo a otro, solo separándolos por un período de lactancia prologado, Una vida de estabilidad hormonal solo alterada por el parto y una sobrevida que no superaba los 30 años.

Hoy la complejidad de las estructuras sociales ha separado la edad del inicio de la capacidad reproductiva con la edad de autosustento de las parejas. Es así como la madurez sexual se alcanza aproximadamente a la misma edad (15 años) y la capacidad de autosuficiencia solo se consigue 10 años más tarde (25 años). En este período las relaciones interpersonales (pololeo) no son estables en el tiempo y llevan a que existan parejas sexuales transitorias oportunidad que aprovechan bacterias y virus para propagarse (enfermedades de transmisión sexual).

El manejo conciente de la fertilidad en éste y otros períodos hacen aparecer las “menstruaciones”, manifestación orgánica del cuerpo de un ciclo inconcluso que estaba destinado a un embarazo y posterior lactancia. Una frustración orgánica periódica que se repetirá múltiples veces durante la vida, produciendo largos períodos de inestabilidad hormonal.

A lo anterior, debemos agregar los cambios en las costumbres y hábitos: sedentarismo, alimentación, cigarrillo, alcohol y otros y cuya interacción favorece la aparición de enfermedades.

Número de parejas sexuales

El aumento del número de parejas sexuales permite la diseminación de las Enfermedades de Transmisión Sexual, entre ellas el Virus del Sida y el Virus Papiloma Humano (VPH) responsable, este último, del cáncer del cuello uterino. En los años siguientes a la adolescencia el 70% de la población es contagiada por VPH; afortunadamente el 90% eliminará en forma natural la enfermedad, pero un 10% no será capaz de eliminar al Virus y este quedará como una infección persistente. Es en estas mujeres que la infección por VPH puede llevar a producir un cáncer en el cuello del útero (habitualmente después de los 30 años).

El cáncer del cuello del útero puede ser reducido mediante prevención y diagnóstico precoz. El Papanicolau (PAP) periódico, especialmente el realizado en fase líquida, permite diagnosticar lesiones pre-cancerosas que tienen tratamiento curativo, rápido y ambulatorio.

VACUNA

Recientemente se ha desarrollado una vacuna contra los sub-grupos más frecuentes de VPH que infectan las zonas genitales (6,11,16 y 18). La vacuna puede ser administrada en mujeres y hombres desde los 9 años en adelante, ojalá antes de la primera exposición al VPH. Consta de 3 dosis, en un período de 6 meses. Tiene un efecto protector también contra otros sub-grupos peligrosos (31,33,52,58), por tanto protege contra más del 80% de las infecciones por VPH.