Sexualidad después de los 40 años

Hace tan solo alrededor de 10.000 años que el ser humano descubre la relación que existe entre la actividad sexual y el embarazo, antes de eso la sexualidad se expresaba en forma espontánea, guiada por el instinto y el placer. Solo después de tener conciencia de ello comienza la valoración de la capacidad reproductiva tanto en humanos como en animales domesticados.

Posteriormente aparece la necesidad de utilizar técnicas o métodos contraceptivos para distanciar los embarazos y especialmente tratar de evitarlos en mujeres mayores de 40 años.

Solo después de la menopausia desaparece el factor distorsionador de la sexualidad que es el riesgo de un embarazo no deseado. También se reduce la responsabilidad del cuidado y educación de los hijos, que de alguna forma coarta la libertad de expresión de las parejas.

En la post-menopausia la actividad sexual debería ser más relajada y satisfactoria, pero los cambios orgánicos como alteraciones de la líbido, fluctuaciones del ánimo, escasa lubricación vaginal y dolor durante la actividad sexual, pueden entorpecer este período de sexualidad sin presiones reproductivas.

Estos factores negativos pueden ser corregidos con un tratamiento adecuado. Toda intervención o tratamiento implica una mejoría y un riesgo, es indispensable una evaluación adecuada de los síntomas y alteraciones para decidir la terapia correcta en cada persona.