Ojo con las Dietas

Menopausia, Dietas yo-yo y Enfermedad Cardiovascular.

El incremento de peso que ocurre en algunas mujeres durante la peri-menopausia y post-menopausia se ha relacionado con los cambios hormonales propios de este período. Pero estos cambios hormonales no son los únicos responsables del incremento de peso; la disminución natural de la actividad física y el mantener los hábitos alimentarios previos también contribuyen. Después de la menopausia el gasto calórico baja y se debe adaptar la dieta bajando la cantidad de calorías consumidas. Un exceso de tan sólo 200 cal/día se traducen en un aumento de 10 Kg. en un año. La alimentación constituye uno de los elementos que más influye en el estado de salud, especialmente en lo relacionado con el sistema cardiovascular.

El aumento de peso durante esta etapa, lleva a muchas mujeres a pensar en perder peso a través de dietas de moda, pastillas, etc; pero CUIDADO, “mantener la pérdida de peso es igual de importante que perderlo”, enfatizó el investigador Daniel Beavers, profesor asistente del departamento de bioestadística y ciencias de la salud pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest. “Recuperar incluso parte del peso se asocia con peores factores de riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular” que los que tenía antes de bajar de peso.

Las mujeres mayores que pierden peso y lo recuperan, rebote de las dietas, tienen mayor predisposición de sufrir alguna enfermedad cardiovascular, informaron investigadores de la Universidad de Wake Forest. Aunque el colesterol, la presión arterial, los triglicéridos y la glicemia mejoran con la pérdida de peso, con la recuperación del peso tienden a volver a los niveles previos a la dieta, y en algunos casos a niveles incluso más altos.

En un estudio realizado en la Universidad de Wake Forest, se observó durante un año, a más de cien mujeres obesas postmenopáusicas, mientras participaban en un programa para perder peso. Durante el programa, las mujeres rebajaron unos once kilos en promedio. Tras dos años, dos tercios de las mujeres habían recuperado al menos 1.8 kilos, y en promedio habían recuperado alrededor del 70% del peso que habían perdido. Aquellas que recuperaron dos kilos o más en el año tras la intervención para perder peso, tenían varios factores de riesgo empeorados para la  diabetes y la enfermedad cardiovascular, señalaron los investigadores.

Según el estudio lo sorprendente es que en las mujeres que recuperaron peso, aunque no volvieran a su peso inicial, los factores de riesgo de enfermedades crónicas estaban justo en sus valores iniciales, y en algunos casos, especialmente en el riesgo de diabetes, estaban ligeramente peor que al principio,. Las mujeres que mantenían el peso perdido un año después lograron conservar la mayoría de los beneficios.

Este estudio es un ejemplo de por qué se deben evitar las dietas de moda, las pociones y las pastillas que prometen una pérdida rápida de peso, y que no incluyen un programa de mantención.

Si bien los cambios corporales que ocurren durante esta etapa de la vida llevan a muchas mujeres a intentar distintos tipos de dieta, hay que entender que estas deben adecuarse a un metabolismo distinto. Las personas deben concentrarse en estar sanas, no delgadas y crear estrategias para lograr y mantener un peso saludable.  Se deben modificar los hábitos alimentarios ya que el cambio en el metabolismo  hace que las necesidades nutricionales sean menores. La educación nutricional y el ejercicio son la clave.  Dietas ajustadas en calorías y equilibradas en nutrientes son las armas para enfrentar este período de la vida y sus complicaciones.